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Un paseante entró en una tienda de antigüedades. Después de mirar los artículos observó la figura de una rata, en bronce, muy realista. No tenía la etiqueta con el precio pero decidió que le gustaba y que la compraría. Llamó al dueño de la tienda y le preguntó:
- ¿Cuánto pide por esta rata de bronce?