Ayer estuve viendo con un amigo este documental o mediometraje, al que tenía echado el ojo hace tiempo, pero, precisamente por falta de tiempo, no había visto. Al terminar pensé en hacer una reseña en mi blog de cine, pero creo que el tema da más para expresar opiniones que para comentarlo como documental.
En mi anterior publicación en este blog, Privacidad y Demonios, ya te comentaba sobre el tema de la privacidad de la información y lo alegremente que la gente publica sus intimidades. No voy a entrar es eso ahora, pero es cierto que la mayoría ve como "normal" que seamos espiados a todas horas.
Facebookistán es un documental que trata de airear las normas internas de este sistema controlado, según ellos, por una única persona que dicta las normas de comportamiento de una sociedad de más de 1.200 millones de habitantes. Lo que está bien o está mal, lo decide una única persona que tiene a su disposición, mediante unas condiciones de contratación lamentables, un batallón de censores que son los encargados de aplicar dichas normas.
Fundamentalmente se centra en dos temas: Por un lado la gestión de la privacidad de lo que publicamos y la falta de control que tenemos sobre eso, y por otro, la manera tan arbitraria de censurar contenidos mediante generalizaciones incapaces de distinguir lo que no debería ser censurado de lo que sí.
Desde mi punto de vista Facebookistán es un documental que se queda a medias. Seguramente habría que haberlo alargado un poco para entrar en detalles que se han quedado en el tintero. No voy a discutir si técnicamente está bien o mal, o si cinematográficamente tiene tal o cual cualidad o deficiencia, eso lo podría hacer, como he dicho antes, en mi blog de cine, lo que quiero es expresar mi opinión al respecto e indicarte algunas cosas que puedes configurar en Facebook para, al menos tener un poco más de control (que no es mucho) con lo que pueden hacer con tus datos.
Si has visto la película "Minority Report" tal vez te acuerdes de que al principio Tom Cruise entra en unos grandes almacenes y le escanean el iris para saber quién es y poder proyectarle la publicidad adecuada. Un sistema de identificación que conoce tus gustos y te muestra publicidad a medida.
Minority Report. Publicidad personalizada. |
Esto, así tal cual, no es malo por definición. En 1999, tras la coronación de Lorena Bernal como Miss España, estuve colaborando con Lycos España en la creación de una página con toda la multimedia que por aquel entonces se podía publicar (te recuerdo que yo inventé el video-banner con streaming media), con vídeos, audios y fotos sobre el evento. Estuve con ella en una conocida discoteca-restaurante de Madrid explicándole el funcionamiento de la página y pasamos un rato muy agradable. Pero lo relevante de esta anécdota es que Lycos estaba comenzando a mostrar publicidad a medida y presumían de ello. Lo que quiero decir con esto es que se empezó con estas técnicas hace bastante tiempo. O sea, que no es tan nuevo.
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Sin embargo la escena de "Minority Report" va mucho más allá. Hay mucha más información en el hecho de que un escáner te reconozca por el iris. El sistema, en este, por ahora, supuesto de ciencia ficción, sabe, por ejemplo, dónde estás y a la hora exacta a la que estás ahí, pudiendo, con esos datos, generar patrones de comportamiento. Eso es exactamente lo que sucede ahora con Facebook y Google que son los dos amos de Internet. Hacemos una foto con el móvil y la compartimos en la red social. Facebook conoce instantáneamente el modelo de tu teléfono o cámara, la hora en la que la foto se ha hecho y mediante la geolocalización, que muchos tenéis activada siempre, el lugar donde se hizo la foto. Además, si etiquetas a tus amigos, Facebook también tiene esa información de ellos y con esos datos se pueden hacer muchas más cosas de las que te imaginas, incluído saber tu orientación sexual. Big Data es el término acuñado para los sistemas informáticos que manejan grandes volúmenes de información. Si lo "googleas" verás la cantidad de negocio involucrado con esto.
Casualidad o no, pero justo hace cuatro años, el 27 de agosto de 2012 me llamó una amiga para comentarme, muy alterada, que su cuenta de Facebook había desaparecido. Al principio pensamos en algún pirateo o denuncia de alguien contra su cuenta, pero unas horas más tarde descubrimos que tenía relación con si su nombre era el real o no. Un sistema determinaba que no eras "humano" y eliminaba tu cuenta. A raíz de esto publiqué un comentario en el hilo en el que comentaba que Peter Thiel (cofundador de PayPal y uno de los primeros grandes inversores de Facebook) había vendido 20 millones de acciones del gigante y que, tal vez, tuviese que ver con los cambios en la política de privacidad que se estaban aplicando.
Lo comento porque en Facebookistán se hace referencia a los problemas que han tenido, y tienen, determinados colectivos, como las Drag Queens, con la utilización de sus nombres artísticos. Ahora, en 2016, hay algo más de flexibilidad sobre este tema, pero la privacidad, en este caso el anonimato, puede ser crucial en las vidas de testigos en juicios, mujeres maltratadas y otros mucho casos que me vienen a la cabeza.
A día de hoy Whatsapp, cuyo propietario es Facebook, ha cambiado su política de privacidad y al darle aceptar, que la mayoría lo hace sin pensar, le estás dando permiso a que tu número de teléfono pase a formar parte de los datos de Facebook. Yo, por ejemplo, no tengo la app de Facebook en el móvil y como yo habrá muchos. Con ese cambio en su política ya no se pierden ningún número de teléfono de nadie que use sus aplicaciones.
A día de hoy Whatsapp, cuyo propietario es Facebook, ha cambiado su política de privacidad y al darle aceptar, que la mayoría lo hace sin pensar, le estás dando permiso a que tu número de teléfono pase a formar parte de los datos de Facebook. Yo, por ejemplo, no tengo la app de Facebook en el móvil y como yo habrá muchos. Con ese cambio en su política ya no se pierden ningún número de teléfono de nadie que use sus aplicaciones.
Mientras veía el documental hice el siguiente comentario: "Seguro que saben más de mí que yo mismo", y eso que yo no soy de los que publica su vida en las redes, pero es inevitable que tus datos circulen y estés metido en ese gran cruce de información que mencionaba antes con el Big Data.
¿Qué puedo hacer?
En realidad puedes hacer muy poco al respecto. Navegamos por Internet y aceptamos que las "cookies" se instalen en nuestros equipos móviles o de escritorio, dejando un rastro de nuestra actividad en la red. Ahora la ley obliga a avisar que un sitio Web utiliza cookies, pero le damos a aceptar sin leer y, por tanto, sin saber lo que se está recopilando sobre nosotros.
Pepe no se leyó la cláusula "podemos confiscarte tus muebles en cualquier momento" de la última actualización de las Condiciones del Servicio. |
Esto es un chiste... No estoy tan seguro. Creo recordar algo acerca de que un representante de una empresa fue a casa de un usuario a recoger su alma. El usuario había dado su consentimiento al aceptar las condiciones del servicio... No lo recuerdo bien, pero algo así sucedió hace algunos años.
Te recomiendo que leas las Condiciones del Servicio de Facebook para, por lo menos, conocer lo que pasa con la información que compartes. Hay cosas que no harías en otras circunstancias. Por ejemplo, imagina que vas a la panadería y allí, un dependiente muy amable te pide que le des tu número de teléfono y que que le comentes lo que estuviste haciendo ayer a las 8 de la tarde. Seguramente te sorprenderías como las personas a las que les preguntaron eso en Facebookistán y no contestarías o preguntarías para qué necesitan esa información.
"Eres el propietario de todo el contenido y la información que publicas en Facebook y puedes controlar cómo se comparte a través de la configuración de la privacidad y de las aplicaciones."
Basándose en este texto de las condiciones del servicio, la aplicación gratuita "Give Me My Data" te ayuda a solicitar a Facebook toda la información que disponen sobre ti. No la he utilizado ya que con hacer copias de seguridad de mi contenido de vez en cuando, me vale, pero es bueno que la conozcas y decidas si quieres usarla o no. La aplicación fue abandonada por su autor en 2016. Si entras en el enlace sabrás los motivos.
Otra cosa que puedes hacer es modificar la configuración de los Anuncios de Facebook. Haciendo clic en la flechita de arriba a la derecha en la página principal de Facebook, se despliega un menú y seleccionas Configuración. En el menú que se muestra a la izquierda verás Anuncios publicitarios. Haz clic allí y verás una pantalla como la de arriba. Despliega cada una de las opciones para informarte y cambiar, si quieres, las preferencias. La última opción, "Anuncios basados en mis preferencias" despliega una información y abajo tienes la opción de ir a las preferencias de anuncios, haciendo clic en el botón. Se abrirá una nueva pantalla con toda la información que Facebook tiene recopilada sobre tus gustos. Resulta realmente interesante echarle un vistazo. Verás cosas que ya no recuerdas y que condicionan ciertos anuncios que ves.
Cambiar esta configuración no significa que no vayas a ver anuncios en tu muro. Lo que sucede es que los que verás no serán tan relevantes y, ya que no hay opción, es mejor que la publicidad que veas tenga que ver con tus gustos. Aunque en la captura de pantalla que te muestro está todo desactivado, la realidad es que lo tengo activado. Prefiero ver anuncios relacionados con alguna búsqueda que haya hecho en eBay o de alguna página web de fotografía que de otras cosas que nada tienen que ver conmigo.
En Facebookistán se quejan de la total falta de transparencia sobre el uso que Facebook da a todos esos datos que recopila de nosotros, pero no hace falta explicar que a Facebook los usuarios le importamos un pimiento. Facebook es una máquina de hacer dinero con publicidad tras una máscara de servicio comunitario. Nos "invitan" a compartir nuestras vidas para sacar provecho económico de la información que les regalamos. Lo peor de todo es que, aunque borres lo publicado, la información permanece en sus servidores. No se muestra, pero la siguen utilizando.
En mi opinión debemos volver al principio: Si no quieres que se sepa, no lo publiques, pero disponer de herramientas de marketing por segmentación de público es magnífico para los anunciantes, así que por un lado bien y por el otro mal. Supongo que debería haber más control sobre todo esto que he comentado, pero como ha dicho Mark Zuckerberg en muchas ocasiones, si no te gusta Facebook, no lo uses. Comentario, por otro lado, muy lamentable, infantil y prepotente.
Aquí te dejo el documental y te recomiendo que veas (mientras dure online) y saques tus propias conclusiones.
Aquí te dejo el documental y te recomiendo que veas (mientras dure online) y saques tus propias conclusiones.
Censura
Ya me he extendido bastante en este artículo, así que no voy a profundizar en este tema. Facebook tiene unas normas que no permiten mostrar pezones de mujer, genitales, penes, etc., además de otro tipo de imágenes y comentarios que puedan ser ofensivos para el público y la decisión de qué es ofensivo es exclusiva de Facebook. La censura se practica por personas casi esclavas que nunca van a poder ver esas imágenes en ningún contexto. Si infringes las normas, las imágenes se eliminan y si reincides te echan. A partir de aquí entra en juego la picaresca y los usuarios buscan la manera de publicar contenido que no infrinja las normas, pero que a juicio de todos es más pornografico que un desnudo. Hay muchos otros temas además de la pornografía que son censurados. Es lo que hay. Aceptaste esas normas al hacerte usuario y no van a cambiarlas por ningún motivo, aunque ha habido presiones sociales que han conseguido algunos cambios como, por ejemplo, que ahora sí se pueden publicar fotos de madres dando de mamar o imágenes de pechos de mujer en relación a temas de salud. Algo es algo.
Mármol en www.bedrina.com |
Como fotógrafo artístico hago desnudos de mujer y me veo obligado a autocensurarme creando imágenes específicas para compartir en las redes sociales. Es un rollo, pero no quiero tener problemas y busco la manera de conseguir seguidores que admiren lo que hago en lugar de perder el tiempo quejándome de lo que puedo o no puedo publicar.
Este es, probablemente, el artículo más largo que he escrito hasta ahora. Ver el documental Facebookistán y recopilar información al respecto para poder escribirlo me ha servido para aprender muchas cosas y aclarar algunas ideas que no sabía que tenía poco claras. Espero que te haya servido de orientación y de ayuda. Mi intención ha sido la de compartir mis opiniones contigo, hacerte pensar y, a la vez, darte herramientas que tal vez no conocías.
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Javier A. Bedrina, fotógrafo y productor audiovisual, pone a disposición de los lectores de #JaviFlim su estudio de fotografía y sus servicios de producción y postproducción audiovisual para cubrir cualquier necesidad en imagen y sonido que requieras: eventos, presentaciones, recursos, fotos y vídeos corporativos, editorial, fotoperiodismo, decoración, etc.
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Muchas gracias por tu tiempo.
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