Amanece, lo que no es nada extraño si no fuera porque hoy es 21 de diciembre de 2012 y para hoy, además del solsticio de invierno, había muchos presagios... malos casi todos.
Amanecer en Madrid |
Dicho esto y teniendo en cuenta que la palabra 'política' significa 'el conocimiento de ser ciudadano' o 'manera de vivir', voy a tratar de expresar algunos de mis pensamientos:
Parece que ni va a chocar contra nosotros un asteroide o algún otro planeta, ni se van a abrir los cielos, ni la tierra se sale de su órbita ni, lamentablemente, nos visite ningún dios maya. Y digo 'lamentablemente' porque no estaría nada mal que alguien de fuera nos visitara y nos explicara por qué vivimos en un planeta controlado por unos pocos, en perjuicio de la mayoría; por qué el planeta entero es adicto a un producto que llevan diciendo décadas que se acaba y se comporta como un drogadicto con el 'mono'; por qué todos nos miramos el ombligo en lugar de pensar que si trabajamos juntos podemos hacer mucho más; por qué, y ya de manera más local, vivimos en un país donde se premia al mediocre y se penaliza el talento y la capacidad de mejorar; por qué la incultura y el borreguismo crea rebaños que se dejan guiar por el primer 'pastor' que los deslumbra; por qué nos comportamos como si el planeta fuera nuestro sin pensar en nuestros hijos y en los que lo comparten con nosotros; por qué el sentido común es el menos común de los sentidos...
Muchas preguntas que, individualmente, creo que somos capaces de contestar pero a las que nadie aporta respuestas ni soluciones válidas y duraderas.
No estaría mal que nos visitara ese dios maya y nos lo explicase. Pero mejor aún, que desde una visión objetiva y externa, nos diese algunas claves para comenzar a cambiar.
Pienso, como he comentado con amigos cercanos, que esta Era ha comenzado su final; que la decadencia y la dependencia están ya establecidas y han generado demasiados rencores y que como no empecemos a pensar en cambiar, nos vamos a enfrentar a muchos desastres seguidos, sin necesidad de que intervengan fuerzas externas.
Creo que vivimos en un planeta con los recursos suficientes para que nadie, absolutamente nadie, tenga que trabajar para vivir y, sin embargo, vivimos dependiendo de las deudas, de una clase política incapaz de hacer mejoras más allá de la suyas propias, porque son beneficiarios del propio sistema, y de un sistema financiero global que nos obliga a estar pagando lo que los otros gastan, permitiendo que unos pocos vivan en la opulencia mientras otros tienen que rebuscar en la basura para llevarse algo de comer a la boca. La injusticia y las grandes diferencias son el primer mandamiento de un mundo que, o hace urgentemente cambios drásticos, o se va al garete.
Cambiemos todo esto por solidaridad, atención, cariño, lealtad, amor... RESPETO al prójimo, que debería ser el primer mandamiento de todo ser humano y, tal vez, lleguemos a tiempo para mejorar.
Javier A. Bedrina