MiniCV

Me dedico y me interesa la Informática Audiovisual, Postproducción, Tecnologías de la Información y la vida que me rodea.
Fotógrafo, Productor Audiovisual, Creador de Contenidos y Artista Multimedia que quiere expresar en este espacio, que es el tuyo también, sus reflexiones sobre la vida, con anécdotas, inquietudes o diversas cosas interesantes.

14 de febrero de 2016

Ser español ya no mola


Me da la sensación de que hemos vuelto a los años 60 y 70, cuando el que tenía unas Ray-Ban traídas directamente de USA era considerado un ser superior. Cuando se "pasaba" a Francia a comprar aspirinas y revistas guarras y los "Gitanes" eran mejores que cualquier cigarrillo de aquí. Cuando sacabas un Zippo que alguien te había traído de Oregón y lo dejabas en la mesa para que todo el mundo supiera que estabas un escalón por arriba. Cualquier cosa de fuera era mejor que "lo nuestro".

No es que yo tenga un sentimiento patriótico especial, pero sí puedo decir que he recorrido mucho mundo -tarjeta Iberia Platino y majorettes esperándome en el aeropuerto (jeje)- y he visto más que de sobra para poder comparar. Soy valenciano y español, pero no lo pongo por delante de nada, simplemente es así y me gusta. Ahora está de moda eso de renegar del lugar en el que has nacido, porque es muy "cool" y queda "guay".

Tenemos muchos defectos, como todos los demás, y si en lugar de renegar hiciésemos algo por cambiar, tal vez mejoraríamos. La gente que viene de fuera alucina con lo que somos y lo que tenemos, mientras nosotros preferimos lamentar ser lo que somos y desear ser de fuera. Se ha conseguido que las diferencias entre nosotros sean más importantes que lo que lo que nos une, lo que somos, lo que fuimos y lo que podríamos ser.

Me da pena porque vivir lamentando lo que no tienes en lugar de disfrutar de lo que sí tienes, hace infelices a los que así viven, y supongo que, en parte, esa sensación de reproche y resentimiento infundado son los que nos hacen sentirnos así de mal con nosotros mismos.

Esto no es un canto patriótico, ya he dicho que soy un ciudadano del mundo que sabe que el sitio donde se nace es un hecho circunstancial. Esto, si acaso, es una muestra de pena al comprobar que han conseguido que ya no nos sintamos hermanos, ni siquiera primos y que el deseo de ser extranjero se haya convertido en lo habitual porque ahora, por lo visto, ser español es una inclinación política.

En la Plaza de Colón de Madrid ondea una bandera gigante de España y, cuando paso por allí me gusta mirarla moviéndose al viento y, a veces, como ahora, siento pena.

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Actualización 18 de febrero de 2018

Después de todos los acontecimientos ocurridos en Cataluña en los últimos meses y ver como las ventanas y balcones de media España se llenaban de banderas nacionales, que todavía ondean al viento de ese falso patriotismo, generado por la manipulación mediática, todavía siento pena.

Y la siento porque sigue siendo la política la que mueve todo esto, porque la bandera se usa para arrojársela a otros como muestra de un hartazgo generalizado.

Recuerdo que hace años hubo un movimiento, que duró poco, contra los productos franceses porque nos volcaban los camiones en la frontera. Ahora el boicot es entre hermanos. Nadie habla de boicotear productos belgas por dar cobijo a presuntos delincuentes o de dejar de comprar productos ingleses porque nos hayan hecho un retrato deprimente en uno de sus medios de comunicación más prestigiosos.

No, de lo que se habla es de boicotear a los productos catalanes en el resto de España o de boicotear productos españoles en Cataluña.

Y es que llevamos todos estos meses tratando de justificar, más que justificar de comprender lo que pasa, cuando lo que pasa es que los políticos, con tal de conservar su estatus (y su sueldo), prefieren que estemos enfrentados y que nos arrojemos las banderas.

Ser español es un privilegio que los políticos, a lo largo de los últimos cuarenta años en España, han conseguido convertir en algo secundario y banal. Así nunca nos pondremos de acuerdo que, por otro lado, es algo intrínseco a ser español.


«La Nación más fuerte del mundo es sin duda España. Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverán a ser la vanguardia del mundo».
Otto von Bismarck

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