MiniCV

Me dedico y me interesa la Informática Audiovisual, Postproducción, Tecnologías de la Información y la vida que me rodea.
Fotógrafo, Productor Audiovisual, Creador de Contenidos y Artista Multimedia que quiere expresar en este espacio, que es el tuyo también, sus reflexiones sobre la vida, con anécdotas, inquietudes o diversas cosas interesantes.

14 de septiembre de 2016

Hemos perdido la sonrisa. Historia de una sociedad triste

Ya casi nadie sonríe
Creo que en alguna ocasión he comentado que estoy usando la opción que Facebook nos brida de acceder a las publicaciones del pasado. Ellos lo llaman recuerdos, que es correcto, pero que es tremendamente insuficiente para localizar lo que publicaste en años anteriores. Solo tienes acceso a  las publicaciones de un día, el de la fecha en la que estés y, aunque cambies la fecha del ordenador, el día que se te muestra no cambia ya que la fecha la controlan ellos. 

Tengo previsto escribir al respecto de este tema, de la poca importancia que tiene en las Redes Sociales lo que hiciste ayer, de lo efímero de todo lo que sucede en ellas y lo tremendamente complicado que resulta encontrar algo que consideras importante, pero no recuerdas cuándo lo escribiste o publicaste. Eso será en otro artículo.

Hoy me encontrado en uno de esos recuerdos algo que escribí en 2013 un sábado cualquiera después de ir y volver a la oficina de correos y lo traslado aquí, porque aquí, por lo menos, puedo encontrarlo cuando quiera.

El texto es el siguiente:
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Acabo de volver de enviar un paquete por correos y os cuento la experiencia:
A pesar de los pesares siempre intento dibujar una sonrisa en mi boca (esa es una decisión propia que sale del interior, que tengo en orden).

Mientras caminaba por la calle lo que he visto es que en cada esquina, en muchas de las puertas de las pocas tiendas que aún quedan abiertas y por el medio de la calle, hay alguien mendigando: Una (o cuatro) gitanas que te ofrece romero y la buenaventura, alguien sucio con un vasito de plástico y el brazo extendido, un señor de buen aspecto con un cartel que pone "Víctima de la crisis. Por favor sea solidario", una chica con un uniforme ridículo repartiendo panfletos de "Compro ORO" ... 

Esta es la realidad de un sábado cualquiera en el Madrid de 2013 y no si Bárcenas ha hecho o dejado de hacer, ni si la oposición critica al gobierno que critica a la oposición o si los independentistas mueven ficha. Hay cosas mucho más urgentes que resolver.

- Como dato anecdótico mencionar que la cantidad de terreno robado al campo por instalaciones eólicas o de energía solar es casi el mismo que el que se ha quemado, y nadie dice nada, pero la subida de precios está ahí. Cierro paréntesis.

Al llegar a la oficina de correos y sacar mi número, levanto la cabeza y veo que me quedan 17 turnos para que me toque. A esperar un rato. Me he colocado en una buena posición desde donde poder ver a casi todas esas personas que esperaban conmigo y TODAS TENÍAN LAS CARAS LARGAS Y TRISTES. ¡Qué lástima! he pensado. Al único que tiene una sonrisa no lo puedo ver. Lo he comentado con el jefe de la oficina, que casualmente es el que me ha atendido, y le he dicho que se me había ocurrido una idea para el guión de un corto con todo esto. Nos hemos sonreído, he pagado y de vuelta a casa contemplando impotente toda esa tristeza en las calles.
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14-09-16

Hoy, tres años después, sin gobierno durante casi un uño y sin apenas posibilidades de que tengamos uno, la crisis sigue golpeando a la sociedad y aunque parece que es verdad que hay cierta recuperación y que el consumo está despertando despacito, el entristecimiento es un hecho. Eso no ha cambiado. Es más, yo creo que ahora es todavía peor.

Espero poder seguir siendo uno de los que cambia sonrisas por miradas por la calle, aunque ciertamente nos lo ponen difícil. Soy autónomo y sonrío (que parece que los dos conceptos no puedan estar en la misma frase) aunque con un sistema que me obliga a pagar impuestos por encima del 50% de los ingresos y con la clientela queriéndolo todo más barato, cada vez es más difícil sonreír.

14-09-17

Ha pasado otro año y, si acaso ha cambiado algo, ha sido a peor. Ahora tenemos gobierno y nos cuenta que hemos superado la crisis, pero yo sigo viendo como la gente sigue regateando y queriendo que todo sea más barato, pero el coste de la vida sigue subiendo. Si acaso, los que tienen un trabajo y no lo ven en peligro, se van de vacaciones, pero, desde luego, ya nadie se da caprichos como se los daba antes.

Si a esa sensación de que nuestro dinero vale cada año menos, añadimos la fractura intensa a la que España se está viendo sometida y el miedo a los atentados yihadistas, el clima que se respira es muy espeso y, en según que ambientes, hasta tóxico.

Seguiré despertándome pensando que lo que tengo es mucho más valioso que lo que podría tener y que estar cómodo y relajado en mi interior me hace sonreír porque sigo siendo capaz de reinventarme y, sobre todo, de crear y apasionarme con las personas y las cosas.

14-09-18

Pues otro año más. Por lo menos puedo contarlo, que no es poco. Y poco es, también, lo bueno que se puede contar.

La política se ha adueñado completamente del respirar de la sociedad y esas "dos Españas" están en la calle. En realidad nunca han dejado de estar. Unos, los que van de buenos, y da igual el lugar geográfico en los que los coloques, lo único que demuestran es que se puede ser imbécil y justificarlo con un resentimiento y un rencor que ni siquiera ellos saben de dónde les viene. Los otros, los cobardes, dejan que la historia sea tergiversada y modificada al antojo de los de antes, sin oponer resistencia, solo por seguir chupando del bote.

Intento abstraerme de todo eso, pero, como ves, no lo consigo. En difícil seguir luchando cuando luchar por uno mismo se penaliza, cuando se ha conseguido la implantación del "tiene que ser más barato" (sino gratis), mientras pagamos más por las comunicación, la luz, la comida o el combustible.

Un taxista, colectivo con el que estoy especialmente enfadado, me dijo ya hace mucho que tenía que trabajar muchas más horas para ganar bastante menos. Nos han quitado lo que habíamos conseguido, en pos del poder financiero, del mantenimiento del estatus de ignorantes y mediocres, pero seguimos estando enfrentados entre nosotros, lo que se puede resumir en que la política no va a cambiar a corto plazo las cosas de comer. Es mucho más importante airear la mediocridad que preocuparse de la sociedad.

Yo, por mi parte, seguiré pelando, seguiré sonriendo siempre que pueda y seguiré tratando de resolver todo lo que pueda y ayudar, a pesar de cruzarme con gente a la que le importa un comino cualquier cosa que no sean ellos mismos. Seguiré intentando ser feliz desde dentro.


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